En Miranda, ciudad en la que nací y en la que descanso estos días, se dice mucho “este pueblo sólo sale en la tele cuando hay una desgracia”, y pensándolo fríamente es cierto. Probablemente la falta de un profundo sentimiento patriótico así como de emblemas costumbristas o culturales nos han hecho olvidarnos de que este sitio también podría merecer la pena. Coletillas que otra gente repite hasta la saciedad- mi tierra, mi gente-los mirandeses ni siquiera las pensamos.
Mi gente por aquí, mi gente por allá. Los hechos han causado que los mirandeses no veamos a nuestra ciudad cómo algo de lo que podamos estar orgullosos. Sólo su modestísimo equipo de fútbol es motivo de exaltación y clamor, fíjate tú que gran motivo. Probablemnete las grandes ciudades próximas han sido en parte culpables de que Miranda sea sólo lo que aparenta, una ciudad dormitorio.
Resignada a no destacar, a no embellecerse, porque aunque la mona se vista de seda… ¡Qué mona ni que niños muertos!, las ciudades bellas lo son porque unos concejales con buenos proyectos decidieron en su día empezar con un cambio radical.
Y es que Miranda necesita un cambio radical, pero de verdad, y que lo televisen. Porque ya va siendo hora de que veamos a nuestra ciudad como algo más que un montón de casas con antenas. Deberíamos no tener que andar buscando en otras ciudades lo que podríamos encontrar en la nuestra. Necesitamso que Miranda sea bella, con lo poco que tiene. Vistamos a la mona de seda. ¡Sí a un cambio radical!
1 comentario:
¡¡¡Miranda no puede tener encanto si tu no puedes encontrarselo!!! y bueno, supongo que Miranda de Ebro es como es...sin complejos ¿no? Supongo, por lo poco que se, que Miranda de Ebro está obligada a ser asi, porque está en un cruce de caminos, porque tiene muy buenas comunicaciones via ferrocarril y eso , la hace ser ecléctica ¿¿y porqué no?? maravillosa también. Que tenemos que estar un poquito más orgullosos de lo nuestro...y no sólo por el equipo de fútbol, jeje.
Es indudable que todo puede embellecerse y mejorar. Pero no creo que por eso Miranda esté resignada como dices tu, a no destacar. También puede ser bello lo que no destaca.
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